A día de hoy hay decenas de terminologías sexuales que son difíciles de comprender, pues los márgenes que las diferencian son cada vez más ínfimos. Los más conocidos son la heterosexualidad (tener relación con personas del sexo opuesto) y la homosexualidad (personas del mismo sexo). Pero hablar de pansexualidad, asexualidad y grisexualidad es muy, muy confuso.
Las personas asexuales son, de cierta forma, una de las menos comprendidas. Estas se distinguen por no sentir ningún tipo de atracción con ningún género, aunque hay diversas ramas y excepciones.
Una de las diversificaciones aún más desconocida es la “grisexualidad“, que también es parte de la asexualidad, de cierta manera.
Los grisexuales constituyen personas que sienten atracción sexual de forma esporádica y dependiendo del contexto en el que se encuentren. Estos pueden sentir atracción sexual solo si es correspondido o, en otros casos, solo si no lo es. También pueden no poder determinar cuándo siente o no atracción, según el medio BioBio.
El prefijo “gris” se tiende a emplear debido a que se sienten identificados con aquel espacio de color que es distinto al blanco y negro, es decir, a los polos opuestos.
Para ejemplificar un poco más, una persona grisexual podría sentir atracción sexual por un hombre, sin sentir cariño, como también puede sentir afecto por una mujer transexual. Para ellos no hay un molde que condicione el tipo de vínculo, tanto sexual o amoroso, en el género o la orientación ni en el sexo.
Si aún no logras comprender bien la grisexualidad, el “Triángulo de Aven” trata de categorizar todas estas terminologías sexuales que tan extrañas y desconocidas nos parecen.
En resumen, una persona grisexual puede gustar de cualquier tipo de persona, de cualquier forma, dependiendo del contexto en el que se encuentren. Pero también pueden gustar de nadie. Fuente: upsocl.com